
Franco, tras pasar noche en Casablanca – con Luís Bolín, el hombre que gozó del privilegio histórico de acompañarle la noche del 18 de Julio - llega al aeródromo de Sania Ramel, en Tetuán, alrededor de las siete de la mañana del día 19 de Julio. Desde el avión, el ya famoso De Havilland Dragón Rapide DH 89, G-AGJG, sobrevuelan la pista y detectan la presencia de “El Rubito” – Coronel Eduardo Sáenz de Buruaga – un síntoma de garantía, lo que les decide a aterrizar.
Desde la tarde del 17 - a las 16 horas, Edificio de la Comisión de Límites - tanto la Zona del Protectorado en Marruecos, como las ciudades de Ceuta y Melilla – esta sobre todo, adelantada – están de su parte. El después General Julio de la Torre y Galán, lo describe así:

Y no es hasta el día 3 de Agosto – dieciséis días después - cuando el BOE publica el Decreto de la Junta, firmado por Cabanellas, en el que en su artículo único, se hace público el nombramiento de Franco como vocal de la misma. Para entonces ya andaba enzarzado en pleno puente aéreo Tetuán – Sevilla, una innovación estratégica, a la sazón, del General que – al decir de todos “estos” – era un mediocre, de poca inteligencia y poco mas que un táctico con ambición y suerte.Por tanto NO se trató del “golpe de Franco”, sino de un movimiento realizado por una parte de las Fuerzas Armadas, con la plena adhesión de una buena representación de la ciudadanía – sin cuyo apoyo no hubiese podido triunfar – justo de la media España que no se resistía a morir.
En grande, para que se empapen:

A partir del día 1 de Octubre de 1936, se puede – y se debe – hablar de franquismo. Antes de esta fecha, son ganas de mentir y equivocar a los demás; Franco, era “uno más”. Y, ya que se empecinan, tengo mucho gusto en complacerlos: NO era “uno menos”; quedó claro.
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