26 abril 2007

NAVARRA EN PELIGRO.-

RODRÍGUEZ ZAPATERO, EL PSE Y LA ANEXIÓN DE NAVARRA.
Dice la verdad el Gobierno cuando afirma que no ha cedido Navarra; lo cierto es que tanto Rodríguez Zapatero como sus representantes vascos defienden su integración en Euskadi por convencimiento ideológico, no por imposición ni chantaje de nadie. Y es precisamente este profundo convencimiento de Egiguren, al que se sumó entusiasta el presidente del Gobierno, lo que motivó los contactos y la negociación con ETA.
I. NAVARRA EN LA VERSIÓN OFICIAL.
Tras la manifestación en Pamplona en defensa del Amejoramiento del Fuero, el Frente de la Paz comienza a construir su versión de los hechos. Lo hace de nuevo con la profesionalidad de Luis R. Aizpeolea desde las páginas del diario El País (18 de marzo 2007). El periodista vasco lo hace recordando las dos ideas que con menos elegancia, repiten José Blanco o De la Vega. En primer lugar, que el Gobierno se propuso negociar con ETA cuando comprobó que ETA había renunciado a su programa político y pensaba sólo en rendirse; en segundo lugar, que ETA habría cambiado de opinión en el verano de 2006, introducido exigencias políticas y ante la firmeza del Gobierno, roto la tregua el 30 de diciembre. Tal es la versión oficial, que ya ha sido refutada en líneas generales en el especial GEES sobre el tema (
Negociación con ETA. Explicaciones fallidas).
¿Cuál es la versión oficial del Gobierno en relación a Navarra? De nuevo ha sido El País el encargado de argumentar que Navarra nunca ha sido negociada por Rodríguez Zapatero. En la línea que él mismo viene siguiendo, Aizpeolea narra el proceso de paz en relación con Navarra diferenciando claramente varios momentos; en un primer momento, ETA no exigió Navarra y el PSOE se sentó a negociar confiadamente; en la declaración de tregua, tampoco; y sólo a mediados del año 2006, ETA exige Navarra y se rompe el proceso. ¿Ocurrió de esta manera según la información de que disponemos?
1. ANTES DE MARZO DE 2006.
El primer momento, según la versión oficial, abarca los contactos previos a la declaración de alto el fuego. Aizpeolea fija un primer momento; afirma que en las negociaciones previas a la llegada de Zapatero al Gobierno no se habló de Navarra. Éstas, sabemos hoy, se produjeron en Ginebra (julio de 2005) y Oslo (noviembre de 2005). Según el Gobierno allí no se habló de la anexión; Tampoco estuvo la cuestión Navarra en las bases que la delegación del PSE y ETA acordaron para el alto el fuego (El País, 18 de marzo de 2007). La revelación del periodista va aún más lejos, y reconoce que el Gobierno y ETA llevaban dialogando desde años antes, antes incluso de que Zapatero recibiera la carta que según la versión oficial llega a manos de Zapatero y que contiene una oferta de rendición; la fe en la carta le costó la ingenuidad a un buen socialista llamado Fernando Savater.
La primera afirmación de Aizpeolea ha sido rebatida en bastantes ocasiones; Oscar López Fonseca (
El Confidencial, 25 marzo 2006)), afirma que Egiguren y Egea (PSE) llevaban cuatro años reuniéndose con Otegi, Barrena y Díez Usabiaga, hablando también de Navarra. Varios medios de comunicación se hicieron eco de las reuniones secretas entre PSE y Batasuna en un caserío vasco. El diario ABC va más lejos, e informa que Otegi y Egiguren llevaban hablando de Navarra desde 2002, para llegar a un acuerdo; «el órgano común ya se creó, aunque no echara a andar por unas semanas; en cuanto a la inclusión de Navarra en la nación vasca, si la consulta no es vinculante, sería legalmente factible». Por eso, concluyen que son las opciones «más realistas».(ABC, 14 abril 2006).
Pero sin duda, es antes de todo ello cuando Oscar López Fonseca adelanta la noticia de los contactos del año 2005, antes de que el Gobierno reconociese cualquier relación; El PSE aceptó en sus contactos con Batasuna negociar la creación de una institución común para el País Vasco y Navarra (
El Confidencial, 9 de diciembre de 2005). Entonces, nadie desmintió la noticia que profundizaba en otra fechada en agosto del mismo año por el mismo periodista; En los múltiples contactos “oficiosos” entre la ilegalizada formación y dirigentes del PSE no sólo se habló de la situación de los presos. Otegi sondeó a sus interlocutores sobre su disposición a abordar en un futuro la creación de una ‘Dieta’ vasconavarra, con representación de electos del Parlamento de Vitoria y de la Cámara Foral, que tuviera capacidad legislativa. Los socialistas no se negaron.
Desconocemos los términos exactos de las conversaciones entre ETA y el Gobierno de Rodríguez Zapatero en el año 2005. Pero lo que sí sabemos es que desde varios años antes, el PSE se reunía con Batasuna, negociaba y llegaba al acuerdo de crear una dieta vasco-navarra, un Órgano Común entre ambas comunidades, para lo cual era condición indispensable expulsar a UPN del Gobierno de Navarra, y hacer que el PSN, en vez de pactar con los regionalistas como en los últimos años, pactara con el panvasquismo en bloque. Contrariamente a lo que dice Aizpeolea, Gobierno y ETA sí pactaron el futuro de Navarra antes del alto el fuego.
2. DE MARZO DE 2006 A SEPTIEMBRE 2006.
El segundo momento indicado es el de la declaración de alto el fuego. Siguiendo la línea de Aizpeolea, El comunicado de ETA, del 23 de marzo de 2006, en su anuncio de alto el fuego, no habla de Navarra y ni siquiera menciona la territorialidad. La afirmación de Aizpeolea es inexacta, puesto que donde ETA no hace referencia a Navarra es en el precomunicado del 22 de marzo. En el comunicado al que se refiere el periodista, el del 23 de marzo, ETA sí hace referencia a Navarra, y bastante claramente.
¿Desconoce Aizpeolea -periodista forjado en Egin- que cuando ETA dice Euskal Herría se refiere al País Vasco y Navarra, y que cuando no habla de Navarra se refiere únicamente a Comunidad Autónoma Vasca? Afirmación difícil, pero lógicamente posible. Más allá del conocimiento de la retórica etarra, el
comunicado en el que, según Rodríguez Zapatero y El País, ETA no habla de Navarra, afirma textualmente; Superando el actual marco de negación, partición e imposición hay que construir un (nuevo) marco democrático para Euskal Herria, y más adelante, ETA considera que corresponde a todos los agentes vascos desarrollar ese proceso y adoptar los acuerdos correspondientes al futuro de Euskal Herria, teniendo en cuenta su pluralidad y totalidad. ¿Qué entienden Aizpeolea y el Gobierno por partición, y totalidad de Euskalherría? Lo cierto es que pese a lo que el veterano periodista de El País anuncia, el comunicado de ETA del 23 de marzo de 2006 sí hace referencia a Navarra y a su integración en Euskadi.
3. DE SEPTIEMBRE A DICIEMBRE DE 2006.
La versión que Aizpeolea da del proceso negociación afirma que en septiembre hubo un cambio de postura etarra; los textos de que disponemos –principalmente el comunicado de marzo-, dicen justo lo contrario. Siguiendo la narración de Aizpeolea, la cuestión de Navarra la introduce Batasuna en septiembre, y ante la negativa de PSE y PNV a un órgano común, bloqueó el proceso. Posteriormente, afirma Aizpeolea, en diciembre se produce otra reunión, en la que ETA vuelve a plantear el tema, quedando rotas las conversaciones; La delegación gubernamental mantuvo el rechazo.
¿Son estos los tiempos de la negociación? Si es así, ni el Gobierno ni el PSE pensaron jamás en Navarra, y cuando ETA exigió la anexión del Viejo Reyno, los socialistas se negaron y ETA comenzó a matar. Pero la secuencia que Aizpeolea defiende parece tener lagunas históricas e ideológicas importantes, que será necesario abordar con los datos de que disponemos; desconocemos las cartas y conversaciones que terroristas y socialistas han cruzado, entre otras cosas porque éstos las han ocultado. Pero sí conocemos las declaraciones y textos de los representantes socialistas y gubernamentales, que dicen algo muy distinto.
II. EL PSE Y LA ANEXIÓN DE NAVARRA.
1. ZAPATERO, LA CAZA DEL CONEJO Y EL PANVASQUISMO SOCIALISTA.
El 28 de abril de 2001 se produce el famoso acto de Basta ya en el Kursaal, en el que Mayor Oreja y Redondo Terreros posan de la mano de Fernando Savater y otros intelectuales vascos, con la promesa de un proyecto constitucional para Euskadi. Un año antes, en julio de 2000, Rodríguez Zapatero se ha convertido en Secretario General del PSOE, y anuncia que su política en el País Vasco será la de Nicolás Redondo Terreros.
Pero los planes parecían ya ser distintos a los del pacto constitucional. En sucesivos días Felipe González propone rescatar a mis amigos del PNV (6 de mayo) y advierte; El nacionalismo puede ser excluyente y eso es un riesgo, pero el problema del nacionalismo es responder con otro nacionalismo y eso es lo que está pasando. Desde Madrid, la Gestora nombrada por José Blanco en diciembre de 2001 margina a los partidarios de
Redondo Terreros, y su número uno, Jáuregui, declara en El País; No se ha valorado el desgarro que ha supuesto en el partido ir pegados al PP. Quiero correr la carrera en mi propia calle de centralidad, que es cada vez más amplia, por la tendencia del PP y del PNV a los extremos y al enfrentamiento. Y con la libertad de pactar luego con cualquiera. La Gestora nombrada por Rodríguez Zapatero ya anunciaba el enfrentamiento directo con el PP y con quien con él se reuniera; tras la entrevista de Redondo con Aznár, el político vasco denunciaba que están a la caza del conejo. Después dimitía; Se han dedicado a la cacería del militante, de la persona (…) probablemente, algunos van a seguir con esa cacería. (19 de enero de 2002)
¿Y Navarra? La versión del Gobierno dice que los socialistas desconocían cualquier plan sobre la Comunidad Foral hasta que ETA, en 2006, puso el tema sobre la mesa. Pero ello no es cierto. El sector aupado por Rodríguez Zapatero al poder del PSE consideraba ideológicamente la anexión de Navarra, antes incluso de que la tregua de ETA fuese inminente. Jesús Egiguren lo tuvo claro desde el principio, y antes del Congreso del PSE, hablaba ya de Navarra con la alegría con la que hoy dice el PSOE no haber hablado nunca; La Constitución se puede reformar tranquilamente, pero desde los problemas que tenemos en el País Vasco, su reforma no es necesaria. Primero, porque los nacionalistas no van aceptar una Constitución reformada o no porque es una cuestión de principios. En segundo lugar, en lo que se refiere a aspectos técnicos, en lo que hace referencia al País Vasco y a Navarra, la Constitución es muy flexible. (El Mundo, Domingo 3 de marzo de 2002).
¿Sorpresa? Ninguna. Egiguren siempre lo ha defendido. En su Propuesta para la normalización de 1997, escribía; Se trataría de superar el planteamiento tradicional de integración de Navarra en Euskadi por un nuevo planteamiento consistente en buscar una relación de Navarra con la Comunidad Autónoma Vasca en un plano de igualdad. Aceptado esto las fórmulas serían múltiples, instituciones comunes, convenios y acuerdos, comunidad vasconavarra. Cuidado; diez años antes del alto el fuego, el enviado de Rodríguez Zapatero defendía ya la unidad de Euskadi y Navarra, no como una necesidad impuesta por ETA, sino como una opción ideológica socialista propia. Entonces nadie pensaba en que España negociara con ETA, y las pretensiones anexionistas de parte del PSE pasaban desapercibidas. Hasta que en marzo de 2002, Rodríguez Zapatero los aupó a la cúpula del PSE y los mandó negociar con ETA. Entonces las cosas comenzaron a cambiar, y a la teoría siguió la práctica.
Antes de que ETA declarara la tregua, el PSE defendía la unión vasco-navarra. Apropósito de Cataluña, ya contempla la creación de una euroregión que englobara a Navarra, Euskadi y el País Vasco francés, paralela a la propuesta por Maragall y que desataba las iras en Valencia y Baleares. El secretario general del PSE en Guipúzcoa se mostraba partidario entusiasta de dicha posibilidad, aunque desde luego, reconocía, aún queda mucho por hacer (El Mundo, 28 de agosto de 2003). Según las informaciones, cuando Egiguren decía esto, se reunía con Batasuna asiduamente. Sorpresa para incautos, el PSE contactaba con ETA mientras el PSE proponía crear una euroregión con los límites de la Euskalherría soñada por el nacionalismo vasco. Hoy, el PSOE, con las manos en la masa, niega que Navarra esté encima de la mesa. Lo cierto es que siempre lo ha estado, aún cuando ETA seguía pegando tiros.
2. LA TREGUA, Y ZAPATERO SOBRE NAVARRA.
El Gobierno y Aizpeolea anuncian que nadie habló de Navarra hasta la segunda mitad del año 2006, ni ETA en su comunicado y entrevistas, ni por supuesto los socialistas. Pero lo cierto es que nada más producirse el alto el fuego, Rodolfo Ares declaraba dos cosas. En primer lugar, que él estaría a favor de un órgano común entre Navarra y el País Vasco, aunque no si era forzado por ETA. Así informaba
Libertad Digital, si hubiera consenso político» en Euskadi y Navarra para conformar un órgano de colaboración conjunto entre ambas comunidades autónomas, no tiene «ninguna dificultad en que se pueda reeditar esa fórmula», siempre que sea fruto de la «voluntad política» y «en ningún caso, fruto de ninguna negociación» con ETA. Más allá de la exigible postura ante cualquier chantaje etarra, el PSE se mostraba favorable a un órgano común vasco-navarro.
En primavera de 2006, el PSE habla públicamente de Navarra; en Madrid, Pedro J. Ramírez pregunta a Rodríguez Zapatero en el diario El Mundo sobre la exigencia etarra y el blindaje de Navarra:
Pregunta.- En un momento se habló de un órgano de relación permanente entre los parlamentos vasco y navarro ¿Sería partidario de establecerlo?
Respuesta.- Yo soy partidario de lo que decidan los navarros sobre su relación con los vascos dentro de la Constitución. Sabemos que en Navarra hay una mayoría en estos momentos con posiciones muy claras, sabemos que hay una minoría que también tiene posiciones muy claras y demos tiempo al tiempo al posible diálogo. Lo que puedo asegurar es que el Gobierno no va a tomar iniciativas en esa dirección.
Pero lo que los navarros decidan tiene su límite para el presidente; ¿puede reformarse la Constitución para dar cabida a la eliminación de la Transitoria Cuarta, como piden los navarros hoy? ¡Sorpresa!, la decisión de los navarros cuenta, pero menos que los planes del PSE; Tampoco soy partidario de abrir ese debate, precisamente porque es un tema muy sensible. Está ahí, pero ahora, en esta coyuntura, no... No incorporemos tensión al debate sobre Navarra.
¿Debate sobre Navarra?, se pregunta alarmado el navarro; ¿qué debate? ¿No habíamos quedado en que estaba fuera de toda cuestión? PSN y UPN estaban de acuerdo en ello, por lo menos hasta la llegada de Rodríguez Zapatero. Aviso para lo que se venía encima y para lo que ya estaba ocurriendo, los pactos en Navarra tiene un límite; lo que no quiere decir que esté identificado en todo...Lo digo porque ha habido alguna votación en la que no hemos coincidido con UPN porque había algún punto que. Desasosiego, ¿aceptaría cambiar la mayoría foral por una nacionalsocialista? De nuevo respuesta ambigua que resalta lo evidente; No lo veo en el horizonte inmediato. Tendrían que cambiar muchas cosas para que eso se pudiera producir (…) Queda todavía tiempo para las elecciones autonómicas, pueden y deben pasar muchas cosas. Lo que me parece importante es que no forcemos ninguna situación, en ninguna dirección. Que los navarros decidan.
Lo cierto es que preguntado en abril de 2006, Zapatero abre directamente la puerta al pacto con los nacionalistas vascos, no garantiza el futuro institucional de Navarra, propone dejar pasar el tiempo y no tomar ninguna decisión antes de las elecciones. ¿Exigencia etarra? El Gobierno dice que no, y ya sabemos que antes de que ETA exigiera nada en marzo de 2006, los dirigentes del PSE eran ya partidarios de la anexión de Navarra. Con la declaración de tregua, Rodríguez Zapatero simplemente sigue la senda que el PSE había tomado, la apadrina y la cobija; diluir Navarra en la nación vasca. La versión de Aizpeolea, un PSE negándose expresamente a hablar sobre Navarra, se convierte en broma pesada ante las palabras, públicas y notorias, de sus dirigentes, y ante la cobertura del propio presidente del Gobierno. En marzo de 2006, ETA exigió Navarra, y por primera vez en la historia, coincidía en eso con el Gobierno de España y sus enviados.
3. NAVARRA ENTREGADA; MÁS DESPACIO O MÁS DEPRISA.
Entre marzo y diciembre de 2006, las fórmulas democráticas banales de los socialistas se conjugaban con la aceptación de introducir Navarra en el diálogo político y con la creación del órgano común nacionalista. En las mismas fechas en que Aizpeolea dice que Batasuna propone un órgano común de las comunidades de Navarra y el País Vasco, con capacidad legislativa. Ni el presidente del PNV Josu Jon Imaz ni el secretario general del PSE, Patxi López, ni el Gobierno aceptaron (El País, 18 de marzo de 2007), el PSE habla de Navarra con naturalidad alarmante, a espaldas de parte de los socialistas navarros, apabullados por un PSE imperialista en connivencia con Rodríguez Zapatero y José Blanco.
Lo cierto es que el órgano común estaba ya a esas alturas afianzado y firmado, y lo único que cambiaba era su naturaleza; fagocitaria a medio plazo para Batasuna, más etérea, simbólica y para largo plazo para el PSE. El 16 de octubre, cuando según El País el PSE se oponía a la pretensión de Batasuna, afirmaba Patxi López; No me quiero meter en este asunto, pero los navarros no son ajenos a la paz y a la libertad. Navarra no es moneda de cambio de nada, será siempre lo que quieran sus ciudadanos, pero imagino que querrá formar parte de la solución. Traducción para despistados; Navarra no será entregada ahora al panvasquismo, pero formará parte de la solución; ¿qué solución?, pregunta el desconfiado; ¿preocupa a López la pretensión nacionalista? Otra vez el debate sobre Navarra que da por bueno Rodríguez Zapatero en abril de 2006. Y responde Patxi López con la fórmula habitual, la del respeto a los navarros y la de la posición socialista, inequívoca y directa; A mí no me preocupa, pero eso será siempre que haya voluntad por las partes. De todas formas creo que el PSN quiere ser parte de la solución. (El Diario Vasco, 16 octubre 2006) Navarra, parte de la solución, ¿Otegi? No, Patxi López; tanto él como los actuales negociadores del PSOE estaban de acuerdo con ello desde hacía mucho tiempo.
Aceptar lo que los navarros quieran; proponer la euskocomunidad en la que creen tanto Egiguren como Arnaldo Otegi. ¿Interpretación forzada de unas palabras ambiguas? Quizá, pero unos días más tarde, el secretario general del PSE daba otra entrevista al diario nacionalista vasco Deia, con menos escrúpulos.
Pregunta: ¿Cabe esperar la creación de un Órgano Común permanente de colaboración con Navarra en función de los resultados de las elecciones forales?
Respuesta: Eso ya se hizo en el pasado y a mi no me asusta en absoluto. Al revés. No entiendo por qué no podemos tener ese tipo de órgano con los navarros, o con otras comunidades, si tenemos problemas comunes. En cualquier caso, según indica su propio ordenamiento, los navarros serán y harán lo que quieran. Intentar influir o condicionar lo que quieran hacer los navarros perjudicará los intereses de quienes desean el tipo de colaboración al que he aludido.
Pregunta: ¿Usted apuesta por ella?
Respuesta: Sí. Pusimos en marcha el Órgano Común cuando gobernaba el PSN en Navarra y el PSE en Euskadi y seguimos apostando por esa fórmula.
Pregunta: Ahora el PSN es más reticente...
Respuesta: He oído al PSN y a su candidato a la presidencia del Gobierno foral que quieren ser parte de la solución. No les he visto cerrados a ninguna posibilidad.
De nuevo las dos ideas que el Frente de la Paz niega hoy obsesivamente. La primera, la banalidad democrática; los navarros serán lo que quieran ser. Traducción para despistados; si tras las elecciones del 27M los votos del PSOE y los de PNV, EA y Aralar suman mayoría, la decisión de los navarros será el Órgano Común y el comienzo de la aculturación panvasquista. La segunda idea muestra las verdaderas intenciones del PSE; la creación del Órgano Común, intención que Patxi López asegura en las dos entrevistas, existe también en el Partido Socialista de Navarra. Lo cierto es que es precisamente la oposición de parte del PSN a lo negociado por sus hermanos del PSE lo que frena el acuerdo con ETA, pero a Rodríguez Zapatero y a quienes envía a negociar parece importar bastante poco.
Antes de la declaración del alto el fuego, Egiguren y Otegi habrían llegado al acuerdo de la creación de una dieta vasco-navarra; el propio Aizpeolea lo afirma gruesamente entre líneas; ‘el secretario general del PSN quiso dejar al margen al PSN, que, desde 1979, en que se desgajó del PSE, ha defendido la idea de Navarra propia y diferenciada’, según fuentes socialistas navarras. La afirmación de Aizpeolea es cierta, en lo que dice y en lo que no dice. En lo que dice, porque el PSN es mayoritariamente contrario al panvasquismo. En lo que no dice porque, efectivamente, el PSE había llegado ya a un pacto con Batasuna sobre Navarra, y efectivamente realizó esa invitación a sus colegas navarros, que con sentido común rechazaron la envenenada oferta, por lo menos en ese momento.
III. NAVARRA; ¿INICIO O FIN DE LA NEGOCIACIÓN?
Podemos concluir así afirmando tres cosas, sin temor a equivocarnos. La primera es que la parte del PSE que Rodríguez Zapatero colocó en la Ejecutiva tras sacrificar a Redondo Terreros, es firmemente partidaria de la anexión de Navarra; algunos, como Jesús Egiguren, llevan años defendiéndolo, en público y sin miramientos. Fue a ellos a quienes Rodríguez Zapatero y José Blanco encargó negociar con ETA. En los contactos previos al alto el fuego se habló de Navarra entre quienes querían su anexión más o menos brutal y quienes proponían una anexión a plazos.
Desde que en marzo de 2002 Rodríguez Zapatero coloca a Egiguren como pieza clave en la Ejecutiva del PSE, y le convierte en contacto del PSOE con Batasuna y ETA, Navarra dejó de ser un motivo de discusión real entre el PSE y ETA, pero no porque, como afirma Aizpeolea, no se tratara el tema, sino porque ambas partes estaban de acuerdo en lo fundamental; la solución pasaba por atraer al antiguo reino a la órbita vasca, de una u otra forma.
Lo cierto es que en verano e invierno de 2005, las noticias muestran a unos partidarios de la anexión de Navarra hablando de Navarra…con otros partidarios de la misma anexión a largo plazo y de manera progresiva. En las reuniones secretas de ETA, PSE y Gobierno, el tema de Navarra es discutido, no en cuanto al Órgano Común, tema que unía a Patxi López, Egiguren y Otegi, sino en cuanto al valor inmediato de éste para la anexión definitiva. Hoy sabemos que el propio Rodríguez Zapatero avala y alienta la anexión de Navarra que propugna el PSE, según la conversación detallada la semana pasada por
El Semanal Digital;
Zapatero; Pero, ¿tú tienes algún problema por decir que eres un ciudadano de Castilla y León?
Empresario; Desde luego que no, presidente
Zapatero; Entonces, ¿qué problema puede haber con que uno diga que es a la vez ciudadano del País Vasco y de Navarra?.
Así las cosas, dice la verdad el Gobierno cuando afirma que no ha cedido Navarra; lo cierto es que tanto Rodríguez Zapatero como sus representantes vascos defienden su integración en Euskadi por convencimiento ideológico, no por imposición ni chantaje de nadie. Y es precisamente este profundo convencimiento de Egiguren, al que se sumó entusiasta el presidente del Gobierno, lo que motivó los contactos y la negociación con ETA. La conciencia de que esta vez el Gobierno de España y sus enviados vascos coincidían con los terroristas en que Navarra podría ser parte de Euskadi hizo posible el alto el fuego y la negociación sobre el esto de temas.
Así, las cosas, ante las declaraciones de Patxi López, Egiguren o Rodríguez Zapatero, no hay excusa para el engaño; fue la creencia del socialismo nacionalista vasco y de Rodríguez Zapatero en que Navarra puede ser parte de Euskadi lo que dio garantías a ETA de que esta vez la cosa podía ir en serio. Fue la idea que de Navarra tienen Rodríguez Zapatero y los actuales dirigentes del PSE lo que posibilitó que ETA se sentara a escuchar a los enviados de Rodríguez Zapatero; éstos, a diferencia de los anterior, daban por buena la anexión. Así las cosas, Navarra no es el final de la negociación, sino que fue el principio. Y esta verdad evidente a condición de escuchar y leer con atención, es lo que ha estado a la vista desde que comenzó la tregua.
Óscar Elía Mañú es Analista del GEES en el Área de Pensamiento Político.

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