
Las noticias que llegan de Navarra apuntan a un pacto total. El candidato socialista, Fernando Puras, impuesto por ZP, presidiría un Gobierno de Navarra en el que los nacionalistas ocuparían cultura, lengua y educación. Un Gobierno “a la catalana” donde el poder formal y a corto plazo sería socialista, pero a largo plazo y en el fondo, nacionalista y anexionista; un Gobierno sujetado férreamente desde Moncloa y Ferraz, con el terrorismo etarra de garante del proceso de anexión.
Por otro lado, el PSOE daría el Ayuntamiento de Pamplona a la peneuvista Uxúe Barkos, para desalojar a Yolanda Barcina (UPN). De hecho, Barkos – entusiasta defensora en Madrid del pacto con ETA - es ya la candidata de Zapatero en Pamplona. El PSN no tiene ni intención de luchar por Pamplona; presenta como candidato a un perfecto desconocido, de un perfil bajísimo y nulas apariciones, algo inaudito en el PSN desde la Transición, pero real con ZP. Hoy la propia Barkos da por hecho que ella y sólo ella será alcaldesa, ante el silencio socialista.
Repartirse a medias Navarra y Pamplona es la solución que han ingeniado socialistas y anexionistas. Y atención, porque Batasuna está anunciando su propósito de ayudar a desalojar “a la derecha” de las instituciones navarras apoyando al PSN si éste apuesta “por la paz”. O sea, tutela pura y dura.
“Quieren meter miedo”, dicen ZP y los nacionalistas vascos. Sí, sí miedo. El mismo que con el “caso de Juana” y con el “caso ANV”, uno tomando hoy el sol y los otros ya en precampaña. Y es que con Zapatero, pensar mal es el mejor camino hacia el pleno acierto. En nombre de lo imposible, nos está colando lo improbable. Está cumpliendo las exigencias etarras paso a paso. Y ahora van a por la tercera, que por cierto es la más importante para ETA. ZP lo está haciendo, pero mientras tanto la izquierda sigue con lo del “quieren meter miedo”. Sí, sí, miedo: De dos, dos. Y no hay dos sin tres. Al tiempo.
GEES. Libertad Digital
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