01 agosto 2006

LAS ACUSACIONES, CONTRA SUS CREADORES.-

NUEVAS MANIPULACIONES PARA LA VERSION OFICIAL.
LA SUPUESTA CONFIDENCIA QUE ALERTABA DE ATENTADOS EN LOS TRENES TRES MESES ANTES DEL 11-M, NUNCA EXISTIO.

El 22 de abril de 2005, dos meses antes del cierre de la Comisión de Investigación del 11-M, la cadena SER difundió en primicia la noticia de que un confidente (cuyo alias es Joe el Libanés) habría avisado a un policía de la UDYCO tres meses antes del 11-M de que se iban a producir atentados contra los trenes. La noticia, de la que se hicieron eco en los días siguientes todos los medios, no tardó en convertirse en uno de los puntales de la versión oficial y de la tesis del PSOE: atentado islamista anunciado y fruto de la imprevisión del Gobierno de Aznár. Pero no nos contaron la historia completa de este episodio.
La estrategia del PSOE fue clara desde el principio: la masacre de marzo era obra de Al Qaeda ­– o al menos de islamistas –­ como respuesta a la participación de España en la guerra de Irak. Además, el Gobierno del PP habría tenido datos de que el ataque se podía producir y, sin embargo no logró evitarlo por una grave imprevisión. Fue José Antonio Alonso, entonces ministro del Interior, el primero en lanzar esa acusación directa. Y no tardó en llegar la “demostración” a la carta de que así sucedieron las cosas. La noticia sobre un supuesto confidente apuntalaba la versión oficial poco antes del cerrojazo a la investigación parlamentaria.
De hecho, el documento de conclusiones de la Comisión de Investigación del 11-M, que en su práctica totalidad era el elaborado por el PSOE, recoge ese episodio de forma expresa:
El 22 de abril de 2004 un testigo protegido declaró ante el Magistrado-Juez que instruye el sumario por los atentados de Madrid que, en las Navidades de 2003, Abderraman Hammadi le comentó que había gente dispuesta a poner bombas en trenes. Tras recibir esa información, el hoy testigo protegido intentó ponerla en conocimiento de la Unidad Central de Información Exterior y, como quiera que ello no fue posible, se la comunicó finalmente a un miembro de la Unidad de estupefacientes UDYCO. Al parecer, el citado Hammadi se dedicaba al tráfico de estupefacientes y había oído estos comentarios de las personas que le suministraban dichas sustancias.
Sin embargo, el sumario instruido por el juez Del Olmo muestra una realidad bien distinta. En su declaración ante el juez, realizada el 29 de julio de 2005, el inspector jefe 18774, controlador de ese confidente, deja claro que jamás existió tal aviso anterior al 11-M. El inspector declara que el 15 de marzo de 2004 (es decir, 4 días después de los atentados), un confidente "de escasa credibilidad" (Joe el Libanés) le contactó para decirle que él (el confidente) había oído tres meses antes del 11-M que se iba a atentar contra los trenes. Es decir, que el confidente no comunicó nada a la Policía hasta después de los atentados. ¿Oyó ese confidente algo tres meses antes del 11-M, aunque no lo comunicara hasta el 15 de marzo? Tampoco. Las sucesivas declaraciones de ese confidente ante la Policía y ante el juez no permiten otorgar ninguna credibilidad a sus palabras. En distintas comparecencias, el confidente y las personas que declararon por su causa fueron desgranando una rocambolesca trama en la que aparecían sucesivamente el chofer del embajador marroquí, el del embajador irlandés, los espías franceses, el FBI, la CIA, narcotraficantes colombianos y marroquíes... De nuevo, otra inmensa cortina de humo con la que se apoyó la tesis de la negligencia a escasas semanas del cierre de la Comisión de Investigación del 11-M y con la que se tuvo entretenido al juez Del Olmo una temporada.
Alonso y la imprevisión. Ya un año antes de que esto sucediera, el día 27 de abril de 2004 – por entonces, ni siquiera estaba claro que se fuera a crear una comisión de investigación – el recién nombrado ministro del Interior, José Antonio Alonso, acudió a una entrevista al programa Hoy por Hoy de la cadena SER. Dijo que el Gobierno del PP "podía haber sabido, políticamente hablando, que estaban siendo investigadas en nuestro país redes de fundamentalismo islámico" y que hubo una "clara imprevisión política", pero "no de las fuerzas de seguridad, que incluso llegaron a avisar con cierta reiteración de que esto podía ocurrir y efectivamente ocurrió". Alonso dijo también ese mismo día algo en lo que le damos toda la razón: "las víctimas se merecen toda la verdad". Por cierto, pese a la evidencia de estas declaraciones del ministro, Alfredo Pérez Rubalcaba negó que el PSOE hubiera acusado alguna vez al anterior Gobierno de imprevisión. Una vez más las fonotecas demostraron el engaño.
Luís del Pino. Libertad Digital.

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