NI EL DE “LAS CUOTAS”, SE LO CREE.
Culta, luchadora y trabajadora. Fría – parece que “él”, se le fue con la otra - autoritaria y distante. Elena Salgado tiene buen fondo pero le pierden las formas, algo imperdonable en política y que ha irritado hasta el mismísimo presidente del Gobierno. En el PSOE están cansados de esta ingeniera industrial cuyo rostro se identifica con la ‘prohibición’. La guerra contra el tabaco la desgastó. La batalla perdida del alcohol la remató. Tal y como están los ánimos, ni su ‘protector’ en el Ejecutivo evitará que pierda el puesto.
Manolo: manda otra andaluza, titi.
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