EL CULEBRÓN CONTHE.-

EDITORIAL L. D.
Es difícil que Conthe acepte la oferta de la vicepresidenta ("Dimite y podrás ir al Congreso"), pues es precisamente su condición de presidente de la CNMV la única que le garantiza que finalmente, antes o después, irá al Parlamento a exponer sus razones.
Las sospechas que se pudieran tener sobre las presiones que el Gobierno ha ejercido sobre la Comisión Nacional del Mercado de Valores para lograr que no impidiera la concertación ilegal entre Acciona y Enel se han convertido en amargas certezas tras el culebrón provocado por la mera posibilidad de que Conthe diga la verdad al Parlamento. Sorprende, sin embargo, tanta resistencia a que éste pueda dejar negro sobre blanco lo que todo el mundo empresarial, mediático y político tiene ya claro.
Lo cierto es que el consejo de administración de Endesa tiene la oreja puesta para escuchar qué pueda decir el aún presidente del organismo regulador bursátil. La concertación entre Enel y Acciona incumple todas las normas sobre OPAs, y es natural que Conthe quisiera sancionar a ambas empresas, impidiendo que pudieran hacerse con el control de Endesa por medio de malas artes. El reglamento de dichas operaciones existe para que los grandes no puedan timar a los pequeños accionistas. Aquellos que vendieron a Enel y Acciona a menos del precio al que han anunciado su futura OPA es evidente que se deshicieron de sus acciones porque no conocían de antemano los planes de estas dos empresas, que los han engañado. No sólo la letra sino también el espíritu de las normas reclaman una sanción.
Así pues, las palabras de Conthe podrían permitir que el culebrón que iniciara Gas Natural y el Gobierno español al dictado del Pacto del Tinell hace ya demasiado tiempo se prolongara aún más. Incluso pudiera ser que impidiera que el pulso de Zapatero para doblegar al turolense Pizarro diera un vuelco inesperado si los tribunales dieran la razón a Endesa. No es de extrañar, por tanto, que el Gobierno quiera impedir que Conthe hable en la sede de la soberanía nacional.
Sin embargo, el presidente de la CNMV no ha dado su brazo a torcer, anunciando que no dimitirá hasta que pueda explicar las razones de su marcha en el Congreso. Si el PSOE se obstina en negárselo, además de hacer el ridículo y dejar incluso a sus acólitos sin argumentos con los que defender que ésta es una operación "de mercado" con la que nada tiene que ver Moncloa, Conthe podría llegar en su puesto a la comparecencia regular prevista para dentro de mes y medio. Es decir, en plena campaña electoral de las municipales y autonómicas. Y, entretanto, podría seguir enredando mientras el organismo se pronuncia sobre la anunciada OPA de Enel y Acciona.
Es difícil que Conthe acepte la oferta de la vicepresidenta ("Dimite y podrás ir al Congreso"), pues es precisamente su condición de presidente de la CNMV la única que le garantiza que finalmente, antes o después, irá al Parlamento a exponer sus razones. A no ser, claro, que el Gobierno decida destituirlo por la única razón contemplada por la ley, el "incumplimiento grave de sus funciones". Ya que el prestigio de España como destino de la inversión extranjera no ha frenado hasta ahora al Ejecutivo, quizá el claro fraude de ley que supondría ese cese lo haga. Aunque, viendo lo del PCTV, quizá no.