NO SE PUEDE SER COFRADE Y ATEO, TITI. SE TRATA DE UNA MANIFESTACION DE CULTO EXTERNO.
MAYORDOMO DE TRONO, DE UN TRONO QUE EL REGALO, ANTONIO BANDERAS DEFINE LA SEMANA SANTA COMO "UNA FIESTA ANTI-GLOBALIZACIÓN" PORQUE "SE TRATA DE LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO".
QUE TENDRA QUE VER EL TUBERCULO, CON EL VER TU CULO.
El actor malagueño Antonio Banderas volvió este domingo a participar un año más en la Semana Santa de Málaga, adonde acudió también su mujer, la actriz Melanie Griffith, y dijo que esta tradición "es una fiesta anti-globalización de alguna forma, que viene a nosotros y nos mostramos un poquito como somos". Frente a los que piensan que "a lo mejor ya no debía existir", él defiende "todo lo contrario: articular una cosa como ésta en nuestros días sería prácticamente imposible, solamente se puede hacer si la heredas y sabiendo juzgarla en esa justa medida". "La Iglesia, la que a mí me interesa, ha estado al servicio de los pobres y la gente necesitada, ese mensaje me interesa", apuntó el actor. Nada de quemar conventos: basta con una suerte de laicismo semanasantero. Pongamos sobre los tronos, pues, a Fofó, Miliki y Fofito.
En una entrevista con Efe cuando se preparaba para salir como uno de los mayordomos del trono de la Virgen de Lágrimas y Favores desde su parroquia, Banderas aseguró que a su mujer y al resto de su familia le encantan las procesiones y que este año se trajo también a un director de teatro de Nueva York, David Leveaux, que lo dirigió en el musical "Nine", con el que él debutó en Broadway en 2003.
Vestido con túnica y con la cara cubierta con un capillo, daba las órdenes oportunas con su martillo en una campana para que 180 hombres pasearan el trono por las calles de la ciudad, procesión que presenció junto a familiares Melanie, que se interesaba por los nombres de elementos peculiares de la Semana Santa - para poder contarlo en la peluquería - mientras olía el incienso característico de estos días.
Antonio Banderas comentó que siempre trata de traerse gente para que "conozcan este tipo de tradiciones tan hermosas, tan bonitas, que tienen ya tantísimos siglos en este caso" – con los moros, no había, picha: “esto” es después de los Reyes CATOLICOS - y dijo que para él "es un placer porque se trata de la identidad de un pueblo, de la personalidad y esto es una fiesta anti-globalización de alguna forma, que viene a nosotros y nos mostramos un poquito como somos". Que tendrá que ver, la velocidad con el tocino.
Confesó que para él eso "es importante", igual que su tierra, y sobre las procesiones destacó que "hay tantas cosas apegadas y tantas formas de entenderlas que cada uno tiene que aplicarlas y hacerlas suya" y que "si no haces tuya la Semana Santa, te quedas fuera, es una cosa que ves como anacrónica". En una palabra: la Semana Santa, es como los chanquetes, típica de la tierra.
Frente a los que piensan que "a lo mejor ya no debía existir" – Pepiño y sus huestes - él defiende "todo lo contrario: articular una cosa como ésta en nuestros días sería prácticamente imposible, solamente se puede hacer si la heredas y sabiendo juzgarla en esa justa medida".
Añadió que la Semana Santa "tiene muchísimas lecturas y los sentimientos se mueven de muchas maneras", los que la viven en el ámbito puramente religioso o los que "entienden la espiritualidad quizás un poco más separada de la religión", y resaltó el hecho de que 35.000 personas vayan detrás de un Cristo como el Cautivo de Málaga, lo que consideró que "proyecta muchísima energía"… renovable, claro.
También aludió a los aspectos antropológicos y a "lo que significa esto independientemente de que sean creyentes o no"; lo que supone de tradición y lo cultural, lo artístico con ramas del flamenco como la saeta dedicadas a esto, la música o la imaginería… o los jardineros, los de los carritos de helado y los que venden limones “cascarúos”.
Banderas lanzó su "pequeño pregoncito" y reclamó que "para el futuro las cofradías se tienen que implicar socialmente de forma muy fuerte y seria cada una en sus barrios y atendiendo a esos problemas específicos que existen", ya que "ahí puede estar el futuro de la Semana Santa". No habló de “comisarios políticos" de barrio… pero todo se andará.
Planteó que esto se haga de manera coordinada "porque hay muchas cofradías que lo hacen ya, hay hospitales, colegios y becas – ya en tiempos de Alfonso XIII y Franco, las había - pero si se hiciera de forma coordinada, el poder que tiene una asociación de hombres y mujeres como ésta de tantísimos años es muy aprovechable, se puede utilizar para muchísimas cosas", de forma que se ayude "a las personas a donde no llegan los gobiernos".
Consideró las cofradías como "una ONG" y dijo que "en realidad la Iglesia, la que a mí me interesa, es eso, una Iglesia que ha estado al servicio de los pobres - por ello dedicó su dinero a un trono - y la gente necesitada, ese mensaje me interesa independientemente después ya de lo de la fe". Excusatio non petita…
Llega a darse "una nueva sobredosis de Málaga", su hija Estela del Carmen – y de las JONS - participa también en procesiones, el actor desea pasar el máximo tiempo con sus padres, ya mayores, pero el Jueves Santo sacará a hombros el trono de la Virgen de la Esperanza, lo que será "probablemente el último año" que lo haga "porque ya los huesos me crujen mucho bajo ese trono" debido a que "pesa mucho la Esperanza".
Admite que "ya es imposible ver procesiones como las veía en otra época, iba a los cruces, los encierros, pero eso ya se acabó", y sobre lo de ser pregonero de la Semana Santa, confesó estar "al servicio de la Agrupación de Cofradías" – loco por la música que está - si lo decide, aunque dijo que "hay mucha gente en la cola por delante de mí".
MAYORDOMO DE TRONO, DE UN TRONO QUE EL REGALO, ANTONIO BANDERAS DEFINE LA SEMANA SANTA COMO "UNA FIESTA ANTI-GLOBALIZACIÓN" PORQUE "SE TRATA DE LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO".
QUE TENDRA QUE VER EL TUBERCULO, CON EL VER TU CULO.
El actor malagueño Antonio Banderas volvió este domingo a participar un año más en la Semana Santa de Málaga, adonde acudió también su mujer, la actriz Melanie Griffith, y dijo que esta tradición "es una fiesta anti-globalización de alguna forma, que viene a nosotros y nos mostramos un poquito como somos". Frente a los que piensan que "a lo mejor ya no debía existir", él defiende "todo lo contrario: articular una cosa como ésta en nuestros días sería prácticamente imposible, solamente se puede hacer si la heredas y sabiendo juzgarla en esa justa medida". "La Iglesia, la que a mí me interesa, ha estado al servicio de los pobres y la gente necesitada, ese mensaje me interesa", apuntó el actor. Nada de quemar conventos: basta con una suerte de laicismo semanasantero. Pongamos sobre los tronos, pues, a Fofó, Miliki y Fofito.
En una entrevista con Efe cuando se preparaba para salir como uno de los mayordomos del trono de la Virgen de Lágrimas y Favores desde su parroquia, Banderas aseguró que a su mujer y al resto de su familia le encantan las procesiones y que este año se trajo también a un director de teatro de Nueva York, David Leveaux, que lo dirigió en el musical "Nine", con el que él debutó en Broadway en 2003.
Vestido con túnica y con la cara cubierta con un capillo, daba las órdenes oportunas con su martillo en una campana para que 180 hombres pasearan el trono por las calles de la ciudad, procesión que presenció junto a familiares Melanie, que se interesaba por los nombres de elementos peculiares de la Semana Santa - para poder contarlo en la peluquería - mientras olía el incienso característico de estos días.
Antonio Banderas comentó que siempre trata de traerse gente para que "conozcan este tipo de tradiciones tan hermosas, tan bonitas, que tienen ya tantísimos siglos en este caso" – con los moros, no había, picha: “esto” es después de los Reyes CATOLICOS - y dijo que para él "es un placer porque se trata de la identidad de un pueblo, de la personalidad y esto es una fiesta anti-globalización de alguna forma, que viene a nosotros y nos mostramos un poquito como somos". Que tendrá que ver, la velocidad con el tocino.
Confesó que para él eso "es importante", igual que su tierra, y sobre las procesiones destacó que "hay tantas cosas apegadas y tantas formas de entenderlas que cada uno tiene que aplicarlas y hacerlas suya" y que "si no haces tuya la Semana Santa, te quedas fuera, es una cosa que ves como anacrónica". En una palabra: la Semana Santa, es como los chanquetes, típica de la tierra.
Frente a los que piensan que "a lo mejor ya no debía existir" – Pepiño y sus huestes - él defiende "todo lo contrario: articular una cosa como ésta en nuestros días sería prácticamente imposible, solamente se puede hacer si la heredas y sabiendo juzgarla en esa justa medida".
Añadió que la Semana Santa "tiene muchísimas lecturas y los sentimientos se mueven de muchas maneras", los que la viven en el ámbito puramente religioso o los que "entienden la espiritualidad quizás un poco más separada de la religión", y resaltó el hecho de que 35.000 personas vayan detrás de un Cristo como el Cautivo de Málaga, lo que consideró que "proyecta muchísima energía"… renovable, claro.
También aludió a los aspectos antropológicos y a "lo que significa esto independientemente de que sean creyentes o no"; lo que supone de tradición y lo cultural, lo artístico con ramas del flamenco como la saeta dedicadas a esto, la música o la imaginería… o los jardineros, los de los carritos de helado y los que venden limones “cascarúos”.
Banderas lanzó su "pequeño pregoncito" y reclamó que "para el futuro las cofradías se tienen que implicar socialmente de forma muy fuerte y seria cada una en sus barrios y atendiendo a esos problemas específicos que existen", ya que "ahí puede estar el futuro de la Semana Santa". No habló de “comisarios políticos" de barrio… pero todo se andará.
Planteó que esto se haga de manera coordinada "porque hay muchas cofradías que lo hacen ya, hay hospitales, colegios y becas – ya en tiempos de Alfonso XIII y Franco, las había - pero si se hiciera de forma coordinada, el poder que tiene una asociación de hombres y mujeres como ésta de tantísimos años es muy aprovechable, se puede utilizar para muchísimas cosas", de forma que se ayude "a las personas a donde no llegan los gobiernos".
Consideró las cofradías como "una ONG" y dijo que "en realidad la Iglesia, la que a mí me interesa, es eso, una Iglesia que ha estado al servicio de los pobres - por ello dedicó su dinero a un trono - y la gente necesitada, ese mensaje me interesa independientemente después ya de lo de la fe". Excusatio non petita…
Llega a darse "una nueva sobredosis de Málaga", su hija Estela del Carmen – y de las JONS - participa también en procesiones, el actor desea pasar el máximo tiempo con sus padres, ya mayores, pero el Jueves Santo sacará a hombros el trono de la Virgen de la Esperanza, lo que será "probablemente el último año" que lo haga "porque ya los huesos me crujen mucho bajo ese trono" debido a que "pesa mucho la Esperanza".
Admite que "ya es imposible ver procesiones como las veía en otra época, iba a los cruces, los encierros, pero eso ya se acabó", y sobre lo de ser pregonero de la Semana Santa, confesó estar "al servicio de la Agrupación de Cofradías" – loco por la música que está - si lo decide, aunque dijo que "hay mucha gente en la cola por delante de mí".
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